La música que has grabado necesita tener un carácter propio. En la grabación, has dedicado tiempo a conseguir unas buenas tomas de audio y que los instrumentos estén lo mejor tocados, pero todo esto, siempre lo has hecho fijándote en detalles muy pequeños. En la post-producción, es hora de abrir el foco y dar forma a todos estos sonidos, de forma que funcionen bien todos juntos, para formar una canción.